Reseña: Don't Trust the B---- in Apartment 23

Una comedia de humor negro adelantada a su época

En el mar de comedias que marcaron los 2010s, Don't Trust the B---- in Apartment 23 (2012-2013) fue una joyita irreverente que, aunque duró poco, dejó su huella en el género. Con solo dos temporadas antes de su cancelación, esta serie creada por Nahnatchka Khan (Fresh Off the Boat) se adelantó a su tiempo con un humor negro, personajes carismáticos y una sátira filosa de la cultura pop y el mundo del espectáculo.

Una amistad tóxica, caótica y demasiado entretenida

La historia sigue a June Colburn (Dreama Walker), una joven ingenua y optimista que llega a Nueva York con un trabajo soñado… que pierde antes de empezar. Como si fuera poco, su nueva compañera de departamento, Chloe (Krysten Ritter), resulta ser una estafadora de tiempo completo. Chloe es todo lo que June no: manipuladora, amoral, adicta a la fiesta y completamente despreocupada por las consecuencias de sus actos. Sin embargo, entre fraudes, desastres y tequila, las dos desarrollan una relación inesperadamente entrañable.

Chloe es de esos personajes que hoy serían virales en TikTok: una mezcla entre It Girl y agente del caos que haría que Regina George pareciera principiante. Su cinismo, combinado con la inocencia de June, crea una dinámica explosiva que es el corazón de la serie.

James Van Der Beek: la sorpresa de la serie

Si hay un ingrediente secreto en Apartment 23, es James Van Der Beek (Dawson's Creek), interpretándose a sí mismo en una versión exagerada y ridículamente narcisista. Su personaje es una estrella en decadencia, desesperado por atención y protagonizando proyectos cada vez más absurdos (como un remake de The Notebook para teatro). Su autoconciencia y disposición a reírse de sí mismo lo convirtieron en un ícono de culto.

Hoy en día, su rol nos recuerda a lo que después hicieron actores como Keanu Reeves en Always Be My Maybe o Nicolas Cage en The Unbearable Weight of Massive Talent: una autoparodia magistral que sigue siendo hilarante.

Una serie adelantada a su tiempo

Aunque la serie fue cancelada después de solo 26 episodios, su humor sarcástico, su retrato de personajes femeninos desastrosos pero carismáticos y su crítica al absurdo de Hollywood la convirtieron en un clásico de culto. En retrospectiva, Apartment 23 allanó el camino para comedias como Broad City o The Good Place, que jugaron con la irreverencia y el absurdo de manera similar.

El problema fue ABC, que manejó pésimamente su emisión, lanzando los capítulos fuera de orden y sin darle la promoción adecuada. Pero gracias al streaming, hoy es más fácil descubrirla (o revivirla) sin esa interferencia.

¿Vale la pena verla hoy?

Absolutamente. A pesar de su corta duración, Don't Trust the B---- in Apartment 23 sigue siendo una comedia subversiva, rápida e inteligentemente escrita. La química entre Ritter y Walker, el carisma de Van Der Beek y su humor sin filtro la hacen igual de entretenida hoy que hace una década.

Veredicto final: 8.5/10 – Una comedia subestimada, con chistes que siguen funcionando y un espíritu caóticamente brillante. Si te gustan las protagonistas desastrosas y las historias sin miedo al ridículo, esta es tu serie.

Anterior
Anterior

¿Vale la pena ver 'Su Majestad'?

Siguiente
Siguiente

Leighton Meester en “The Buccaneers” t2